Me gustaría recordar en esta ocasión a una de las instituciones que se desarrollaron en El Salvador y Centroamérica en el siglo XIX. Vale la pena mencionar que la hacienda viene desde varios siglos antes, pero que nos centraremos en el siglo XIX porque muestra características importantes que tienen relación con modelos como el de Henry Farol (París, 1841 -1925).
El Salvador se ha ido transformando conforme el paso del tiempo luego, de su independencia de los españoles. Pero esto no significó el cambio de los modelos de producción de estas nuevas economías con relación a la colonia. El poder solo cambió de manos y la estructura de los sistemas económicos siguió igual.
La hacienda como institución se movía en las esferas económica y política. En la parte económica, era fundamental por ser la base del modelo agro exportador de la época, también era la principal fuente de empleos del campesinado.
Otro aspecto importante en cuanto a la economía de la hacienda fue que había creado su propia moneda. Esta moneda solo tenía valor dentro de la misma hacienda. Por tanto, los trabajadores se veían obligados a consumir su salario en la hacienda donde trabajaban.
En lo político, el estado implemento diversas leyes para favorecer a los grandes productores. Un ejemplo de ello, fue la aprobación de la ley de abolición de tierras ejidales y comunales, en 1881. La ley tenía como objetivo reactivar la producción de las tierras, aunque esto significara quitar el derecho que tenían los indígenas sobre ellas, ya que el estado consideraba que no sacaban provecho más que para su propio beneficio.
La estructura jerárquica de las haciendas, desde finales del siglo XIX y principios del XX, estaba constituida por un dueño o propietario, un administrador general, mandadores para cada finca, caporales y jornaleros o trabajadores. Este modelo se ha mantenido hasta la actualidad, y los roles por cada cargo se mantienen.
De esta estructura partiremos para comparar la hacienda con el modelo de Henry Fayol, quién sistematizó el comportamiento gerencial y estableció 14 principios de la administración.
Subordinación de intereses particulares:
Al igual que en la hacienda, lo más importante de este modelo era producir la mayor cantidad posible. Al aumentar la producción, con las ganancias obtenidas el dueño de la hacienda compraba más tierras y contrataba más mano de obra.
Unidad de mando:
Así como fayol consideró importante nombrar representantes, en las haciendas los mandadores contrataban capataces o caporales que se encargaban de dirigir o mandar a un grupo determinado de personas que trabajaban en la hacienda.
Unidad de dirección:
El modelo de Fayol permitía elegir un jefe de los subordinados para que la producción tuviera un mejor control. Del mismo modo, en la hacienda el jefe de los subordinados era el mandador o mayordomo. El mandador debía tener experiencia en todos los trabajos que en la hacienda se realizan y, como requisito indispensable, debía saber leer y escribir.
El Salvador se ha ido transformando conforme el paso del tiempo luego, de su independencia de los españoles. Pero esto no significó el cambio de los modelos de producción de estas nuevas economías con relación a la colonia. El poder solo cambió de manos y la estructura de los sistemas económicos siguió igual.
La hacienda como institución se movía en las esferas económica y política. En la parte económica, era fundamental por ser la base del modelo agro exportador de la época, también era la principal fuente de empleos del campesinado.
Otro aspecto importante en cuanto a la economía de la hacienda fue que había creado su propia moneda. Esta moneda solo tenía valor dentro de la misma hacienda. Por tanto, los trabajadores se veían obligados a consumir su salario en la hacienda donde trabajaban.
En lo político, el estado implemento diversas leyes para favorecer a los grandes productores. Un ejemplo de ello, fue la aprobación de la ley de abolición de tierras ejidales y comunales, en 1881. La ley tenía como objetivo reactivar la producción de las tierras, aunque esto significara quitar el derecho que tenían los indígenas sobre ellas, ya que el estado consideraba que no sacaban provecho más que para su propio beneficio.
La estructura jerárquica de las haciendas, desde finales del siglo XIX y principios del XX, estaba constituida por un dueño o propietario, un administrador general, mandadores para cada finca, caporales y jornaleros o trabajadores. Este modelo se ha mantenido hasta la actualidad, y los roles por cada cargo se mantienen.
De esta estructura partiremos para comparar la hacienda con el modelo de Henry Fayol, quién sistematizó el comportamiento gerencial y estableció 14 principios de la administración.
Subordinación de intereses particulares:
Al igual que en la hacienda, lo más importante de este modelo era producir la mayor cantidad posible. Al aumentar la producción, con las ganancias obtenidas el dueño de la hacienda compraba más tierras y contrataba más mano de obra.
Unidad de mando:
Así como fayol consideró importante nombrar representantes, en las haciendas los mandadores contrataban capataces o caporales que se encargaban de dirigir o mandar a un grupo determinado de personas que trabajaban en la hacienda.
Unidad de dirección:
El modelo de Fayol permitía elegir un jefe de los subordinados para que la producción tuviera un mejor control. Del mismo modo, en la hacienda el jefe de los subordinados era el mandador o mayordomo. El mandador debía tener experiencia en todos los trabajos que en la hacienda se realizan y, como requisito indispensable, debía saber leer y escribir.
Centralización:
Para Fayol era importante que todos los trabajadores dieran cuenta a una sola persona. En el caso de la hacienda, todos daban cuenta al administrador, el cual estaba después del dueño.
Jerarquía:
El modelo de Henry Fayol, consideraba importante que los trabajadores reconocieran quién era el jefe. Un aspecto característico de este tipo de organización es que la comunicación es lineal. Va en una sola dirección, desde el jefe hasta el último empleado. En la hacienda, aunque el administrador y el mandador fueran los más involucrados en el funcionamiento de la misma, todas las personas sabían que ellos no eran el jefe supremo. Aunque el dueño de la hacienda no se hiciera presente con frecuencia, todos los trabajadores hasta llegar al administrador, lo reconocían como jefe único.
Me pareció importante mencionar esos cinco puntos en común, pues es necesario recordar que el modelo de Fayol era como lo nuevo de aquella época en Europa, y funcionaba en las instituciones más industrializadas. Mientras que la hacienda era más relacionada con el campo, pero que compartían puntos en común con el modelo mencionado.
3 comentarios:
¡Exclente comparación! De este tema podrías hasta sacar un ensayo o un trabajo de investigación. Recuérdalo, por si algún día vez un tema similar. ¡Muy, muy buena entrada!
Me gusta la forma en que relacionas la teoria con una institucion que ha marcado tanto a la sociedad. Aun hay instituciones en las cuales ese modelo sigue presente. Gracias por tan excelente aporte.
Hola compañero! al fin encontré tu blog! jejeje
Me aprece y estoy de acuerdo con lo que comentas sobre esta teoría de Fayol. Vos como siempre de ssúper inteligente verdad.
Cuidate muxo plisi!
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