jueves, 26 de mayo de 2011

NECESITAMOS EDUCACIÓN DE CALIDAD


Mucho se habla sobre la educación en El Salvador y sus problemas. Se hacen señalamientos fuertes y directos hacia el Ministerio de Educación (MNED), entidad máxima encargada de la educación del país, por decreto legislativo. Se le atribuye toda la culpabilidad y olvidamos el papel que debemos desempeñar en nuestro entorno.

Con el Primer Reglamento de Enseñanza Primaria, en 1832, se decreta la educación pública, que instituye la creación de escuelas en cada municipio del país. Estas fueron financiadas por las alcaldías o, en caso de que éstas no tuvieran los fondos suficientes, los padres de familia aportaron una contribución para su mantenimiento.

Se marcó el inicio de la enseñanza-aprendizaje que aún a mediados del siglo XX era un sistema cerrado, donde la disciplina o corrección la ponía el maestro. Al hacer un recuento de las características de aquel sistema, las personas que se formaron bajo dicho sistema aún siguen considerándolo mejor que el actual. Afirman que antes se aprendía más, que cursar el primer grado equivalía a un tercer grado de hoy. Que las personas que sacaban el noveno eran dignas de admirar por sus amplios conocimientos, entre otros.

Sin embargo, a pesar de que el sistema educativo ha pasado por una serie de reformas, aún no se ha logrado implementar una educación de calidad. Los centros privados son los que se adjudican tener una verdadera educación de calidad, mientras que las escuelas públicas se han visto relegadas al “mi modo no queda de otra.” No hay que pensar en un retroceso, hay que buscar las formas de avanzar hacia una mejor educación.

Vale la pena recordar que la educación es un derecho. La Constitución Política de El Salvador, en su art. 2, confirma la educación como un derecho de todo ser humano, por lo que el individuo tiene la plena libertad de apoderarse de él.
Pero hay que recalcar la necesidad de una educación integral, que involucre a padres y madres de familia, a estudiantes, profesores y directores, y por qué no decirlo, a la comunidad misma.

Me parece interesante el sistema de calidad implementado por Fe y Alegría, porque intenta involucrar a estos protagonistas y a través de conocer sus percepciones, reforzar las áreas que lo requieran y potenciarlas para una mejor formación del individuo. Supone la creación de una sociedad más justa y humana, con el espíritu de superación e igualdad.

Esto requiere que los docentes y todas las personas e instituciones involucradas en la educación de la niñez y la adolescencia reafirmen su compromiso, que reconozcan la responsabilidad que tienen en la formación de los individuos y de una nueva sociedad.


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