martes, 24 de marzo de 2009

CAMPAÑA DE MIEDO NO DETUVO AL ELECTORADO

La campaña de miedo no detuvo al electorado

Todos los salvadoreños y salvadoreñas estuvimos a la espera de la llegada de las elecciones presidenciales del 15 de marzo, como uno de los eventos más importantes del país. En un principio, se habló de la participación de cuatro partidos políticos en los comicios, pero luego se conoció que quienes se enfrentarían en el ring serían ARENA y FMLN.

La batalla realizada en los medios de comunicación por estos dos grandes partidos, por sentarse en la silla presidencial, fue muy intensa. Los ataques del uno contra el otro prevalecieron durante toda la larga campaña que desarrollaron. Los rumores difundidos en muchos spots publicitarios provocaron temor en un gran segmento de la población, principalmente en los barrios más pobres.

El bombardeo constante de mensajes políticos –en especial los difundidos por Telecorporación Salvadoreña-, del que fuimos víctimas, causó hastío y descontento en muchos de nosotros. Al igual que el mismo accionar de los partidos políticos tensionó al electorado en general, polarizando más al país. En lugar de permitirnos el libre pensamiento y llamarnos a la unidad, nos quisieron imponer cómo deberíamos pensar, a través de mensajes nocivos y ofensivos que atentaron contra la integridad psicológica y moral de las personas. Eso debería considerarse un delito.

A muchos se les hizo creer que si el FMLN ganaba los comicios de 2009, el país otra vez caería en guerra y que no habría empleo para nadie. Se corrió el rumor de que muchos empresarios se irían del país y, si eso sucedía, muchos perderían sus empleos. Además, se comparó al candidato Mauricio Funes con los presidentes Hugo Chávez, Fidel Castro y Daniel Ortega, con el fin de desprestigiarlo. Satanizaron su imagen.

Además, se utilizó declaraciones de personas nicaragüenses para difamar su propio gobierno y compararlo con el de la izquierda salvadoreña, de llegar al poder. Con todo, la derecha intentó hacer creer a la población que todo favoritismo hacia el FMLN era negativo; que la patria estaba en peligro y la única manera de salvarla era votando a favor de ellos. Con ese tipo de mentiras ¿cómo no se va infundir pánico en las personas? Si todo lo hacen para ganar votos, sin importarles el daño psicológico que eso causará. Lo peor de todo es que las personas lo crean y lo afirmen a la hora de hablar.

Por su parte, el partido de izquierda respondió a las acusaciones de la derecha con spots similares, en los que también se señalaban los errores cometidos por el partido en el gobierno y la falta de capacidad de su candidato para ejercer la presidencia de la República. Los dos partidos se sumaron a la campaña de miedo, aunque uno más que otro. Pensaron más en ellos y en sus intereses que en la población, cuando debería ser todo lo contrario.

Ante tal situación, debería existir una regulación en los medios de comunicación a la hora de diseminar los mensajes políticos. De tal forma que, al difundir dicha información, no violen los derechos humanos de las personas como se hizo en esta última campaña electoral y muchas de las anteriores. Además, se puedo ver que, en tiempos de campañas electorales, quién tiene más dinero es quien más mensajes difunde en los medios, de manera que enajena a los receptores con tanta información.

A pesar de todos estos imprevistos, la campaña de miedo, creada principalmente por ARENA, no logró los efectos que ellos esperaban. La fiesta cívica se celebró con tremenda calma y la asistencia masiva a las urnas no se hizo esperar. Los resultados obtenidos en el escrutinio realizado por el Tribunal Supremo Electoral favorecieron al candidato Funes, lo cual confirma que el electorado rompió contra la campaña de miedo a la que fue sometido. Las elecciones produjeron nerviosismo en la población, pero esto no impidió que las personas salieran a votar.

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