viernes, 27 de junio de 2008

¿MEDIOS DE COMUNICACIÓN O DE RUMOR?

Uno de los mayores problemas al que nos enfrentamos a la hora de ver un programa de televisión o sintonizar una radio es cómo saber si la información recibida es verdadera. Me atrevo a decir que, en la actualidad, HABEMOS PERSONAS QUE NOS CREEMOS DE TODO LO QUE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN NOS DICEN. Y ni siquiera hacemos el intento de verificar si la información es cierta. ¡Qué fáciles influenciar somos!

Lastimosamente, en un país tan polarizado como el nuestro (El Salvador) y con tantas campañas de desprestigio que se lanzan los partidos políticos entre sí, no sabemos qué tanta verdad hay en lo que se dice.

Ante este problema de polarización ideológico-política a la que estamos expuestos los salvadoreños, es necesario que desarrollemos un criterio propio y que saquemos nuestras propias conclusiones y examinemos el medio de donde provino la información.

Está claro. Hoy en día, en El Salvador existen muchos medios de comunicación que se dedican a reproducir la ideología de los partidos políticos y se han convertido en portavoces de los tales. Nosotros, como receptores de esa información, nos vemos obligados a comparar esa información con la de otros medios para poder obtener más claridad en el mensaje. Y si no, a aceptarla tal y como vino.

Los medios de comunicación deberían de volver a su labor para la que han sido creados: ser la voz de la ciudadanía. ¿De qué me sirve llenar mi cabeza sólo de rumores y de suposiciones fantásticas? ¿No tengo a caso derecho a la información? Hay que hacer conciencia. La realidad que presentan los medios es muy distinta a la que vivimos.

La realidad que vemos en los medios es más agradable que la realidad que vivimos a diario en la calle, donde si no andamos listos, nos atropella un carro y nos culpan de haberlo rallado o de habernos lanzado intencional mente sobre el vehículo.

Hace como dos semanas, venia de mi casa para la universidad. Y exactamente cuando el semáforo se puso en rojo (el que está por el Casino Colonial, cerca de la Ceiba), otras personas y yo dispusimos cruzarnos la calle, pero un ser humano, que de humano no tiene nada, nos lanzó el vehículo encima, viendo que el semáforo estaba en rojo. Pero la justificación de siempre: “llevaba prisa”. Si. Pero nosotros no teníamos la culpa por la mala organización del tiempo. Esa es una parte de la realidad que vivimos.

Después de esta corta anécdota que, por poco y ya no la cuento, volvamos otra vez al tema del que veníamos hablando.

Ahora la información que recibimos de los medios, si la examinamos, es más rumor que información. No hay que olvidarse del gran poder influenciador que los medios de comunicación poseen, a tal grado que, en un momento determinado, llegan a incidir en nuestras decisiones. Pero depende de cada uno de nosotros si dejamos que los medios tomen protagonismo en nuestras decisiones.

Hay que desarrollar criterio propio y PONER EN PRÁCTICA EL DERECHO A LA DUDA. Si no lo hacemos, seguiremos siendo objeto y presa fácil de los medios que han desviado su mirada y se han alejado de su tarea: ser mediares entre el pueblo y el gobierno.

1 comentario:

LauRi dijo...

Yeah! compañero!!! diste en el clavo... En este paisito en el que vivimos la gente se deja influenciar facilmente por lo que dicen los medios ya que los ven como "todos poderosos"...
Felicidades... felices vaks y acordate que iremos a las fiestas julias ok! DTB